domingo, 13 de septiembre de 2009

Un chiste de catalanes...

Temporada de verano. Balneario en la Costa Brava…

Una gran ola cubre parte de la playa y se lleva a un chico que estaba allí jugando con una palita. Su padre Jordi Palafurgëll , desesperado, deja de jugar a la Petanca y corre hacia la orilla, mira al cielo y se dirige directamente a Dios:

"Dios mío...soy yo, Jordi, no pots hacerme esto a mí... no pots llevarte al nen... yo siempre he sido un buen catalán, observante, ayuno, cumplo todo lo que dice la religión al pie de la letra, no pots hacerme ésto Dios... te pido por favor... voy a misa, a Montserrat, colaboro con la comunitat... por favor... devuélveme a mi hijo... tráelo de nuevo junto a mi..."

En ese momento, un rayo rompe el cielo , un estruendo silencia a los veraneantes... sin duda es una señal de Dios para Jordi... una nueva ola llega desde el mar... y regresa al niño a la orilla...

Jordi es testigo del milagro, su amado hijo ha vuelto....

Entonces, con lágrimas en los ojos, vuelve a mirar al cielo, respira profundamente y le dice al Supremo:

"Señor… y la palita... ¿qué?

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