Una carnicería a punto de cerrar sobre las 8 de la tarde y en eso que entra un chucho. El carnicero trata de espantarlo pero el perro vuelve a entrar.
Nuevo intento de espantarlo, el perro que insiste en entrar y de pronto el carnicero repara en un sobrecito que el animal llevaba en el hocico y que suelta sobre el suelo.
El carnicero recoge el sobre, lo abre y saca un billete de 50 € con una nota que rezaba:"¿ Puede mandarme con el perro 1kg. de carne picada de vaca y 1/2 kg. de pierna de cerdo?
El carnicero flipado coge el dinero, prepara la carne picada y la pierna de cerdo, lo mete todo en una bolsa de plástico y se la pone en el suelo junto al chucho.
El perro empieza a gruñir y a mostrarle los colmillos al carnicero y dice éste "¿Qué pasa?" "Ah, si, disculpa que no te he dado el cambio" "Tranquilo, perrito""Toma"
Así que pone el cambio del billete en la bolsa; se calma el perro, coge la bolsa en el hocico y sale del establecimiento.
El carnicero, impresionado y lleno de curiosidad, decide seguir al joío perro. Echa a toda prisa el cierre y sale tras él.
El animal baja por la calle hasta el semáforo, que estaba en rojo, se sienta en la acera y espera hasta que se puede cruzar.
Atraviesa la calle y continúa hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada, deja pasar un par de autobuses antes y cuando ve que el siguiente era el suyo se sube a él, siempre seguido del carnicero.
El carnicero, que ya estaba boquiabierto, ve que el perro se va pasillo alante, se pone a dos patas y toca el timbre para bajarse. Y siempre con la bolsa en el hocico.
Perro y carnicero se bajan y caminan por la calle hasta que el animal se detiene en una casa, pone la compra en la puerta y, retirándose un poco, se lanza de lado contra ella golpeándola fuertemente. Repite la acción varias veces, pero nadie sale de la casa ni ocurre nada.
En el colmo de su asombro, el carnicero ve al perro coger de nuevo la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, toca con las patas en el vidrio varias veces sin soltar la bolsa; luego regresa a la puerta.
En ese momento, un hombre abre la puerta... ¡Y le pega una paliza al perro! El carnicero corre hasta el hombre para impedirlo y le dice: "¡Por Dios, amigo!""¿Qué está haciendo?" "!Si su perro es un genio!"."¡Este bicho es único! "
El hombre, evidentemente molesto, le responde al carnicero: "¡¡Pero que genio ni que coño!!"." Ésta es ya la segunda vez en esta semana que al muy gilipollas se le olvidan las llaves.... y a mí me plla en el baño".
MORALEJA:
Por más que te esfuerces y cumplas mas allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de tu jefe siempre estarás por debajo de lo que él quiere.
Reenvía esta moraleja a quien creas que trabaje como un PERRO.
Consejillo:
("No te tomes tan en serio la vida...al fin y al cabo no saldrás vivo de ella!!")
No hay comentarios:
Publicar un comentario