lunes, 1 de noviembre de 2010
CONTRA LA TONTUNA LINGÜÍSTICA, UN POCO DE GRAMÁTICA BIEN EXPLICADA
Yo no soy víctima de la LOGSE. Tengo 48 años y he tenido la suerte de
estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo
y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de
aprobados y de la propaganda política. En párvulos (así se llamaba
entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a
estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de
"araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de
"uña". Luego, cuando eras un poco más mayor, llegaba "El Parvulito",
un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no
como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas
traen texto. Eso sí, en el Parvulito, no había que colorear ninguna
página, que para eso teníamos cuadernos.
En EGB estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos
"tracas" o "matracas") Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica
(dibujo y trabajos manuales), Religión y Educación Física. En 8º de
EGB, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en
vez de v" o cinco faltas de acentos, te suspendían.
En BUP, aunque yo era de Ciencias, estudié Historia de España (en 1º),
Latín y Literatura (en 2º) y Filosofía (en 3º y en COU). Todavía me
acuerdo de las declinaciones (la 1ª.: rosa, rosa, rosa, rosae, rosae,
rosa en el singular; -ae, -ae, -as, -arum, -is, -is, en el plural; la
segunda;-us, -e, -um, -i, -o, -o, en el singular; -i, -i -os, -orum,
-is, -is, en el plural; no sigo que os aburro), de los verbos (poto,
potas, potare, potabi, potatum, el verbo beber), de algunas
traducciones ("lupus et agni in fluvi ripa aqua potaban; superior erat
lupus longeque agni": el lobo y el cordero bebían agua en el río; el
lobo estaba arriba, lejos del cordero; "mihi amiticia cum domino
erat": yo era amigo del señor)..
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte
de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega
o a Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección.
Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Aprendí que se dice "Presidente" y no Presidenta, aunque sea una mujer
la que desempeñe el cargo.
Y... vamos con la Gramática.
En castellano existen los participios activos como derivado de los
tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante";
el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir,
"existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "el ente", que significa
"el que tiene entidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando
queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la
acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "-nte".
Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta",
independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza
la acción.
De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice
"estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no
"independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no
dirigenta"; "residente", o "residenta”.
Y ahora, la pregunta del millón: nuestros políticos y muchos
periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el
periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por
motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua
Española? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia
les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación
automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a
ellos y a sus seguidores).
No me gustan las cadenas de correos electrónicos (suelo eliminarlas)
pero, por una vez, os propongo que paséis el mensaje a vuestros amigos
y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos
ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen
carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían
asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto.
Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto,
el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto,
el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto,
el artisto, el periodisto, el violinisto, el taxidermisto, el
telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto,
el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y,
sobre todo, ¡el machisto!
SI ESTE ASUNTO NO TE "DA IGUAL", PÁSALO POR AHÍ, A VER SI LE TERMINA
LLEGANDO A LA MINISTRA DE "IGUAL-DA".
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Crítica
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